Empresas más inclusivas con el liderazgo femenino

Tal como vimos recientemente en nuestra publicación el impacto del liderazgo femenino en las organizaciones y según los números que arrojan las encuestas, a mayor presencia de mujeres en la Dirección de empresas cooperativas, mejor desempeño financiero.

No obstante, aún en el 2019, el aumento de mujeres en las organizaciones sigue siendo un tema de discusión ya que las mujeres tienen que hacer frente a más conflictos que los hombres cuando se convierten en empresarias. En este caso, la maternidad o el matrimonio han sido por tradición grandes frenos que han dificultado el equilibrio empresarial y familiar para las mujeres, sin olvidar su responsabilidad en las tareas domésticas.

De hecho, la encuesta “Cuando las mujeres prosperan 2017 (WhenWomenThrive)”, llevada a cabo por la consultora global de Recursos Rumanos Mercer, reveló que los salarios de las mujeres continúan siendo más bajos que los de los hombres en las mismas posiciones, manteniéndose de manera persistente una brecha salarial de género del 17% en América Latina. Aun cuando el 64% de las organizaciones y empresas encuestadas reconocen la necesidad de una fuerza laboral más diversa, un porcentaje menor ha implementado programas de tiempo parcial, trabajos flexibles y programas de maternidad.

Poniendo énfasis en que aún es largo el camino por recorrer, es necesario reconocer que la región latinoamericana ha mostrado avances en la reducción de desigualdades de género en el ámbito laboral y de los negocios.

El llamado es para que las mujeres que están en altos cargos impulsen a las que vendrán, siendo generosas en sus aprendizajes y en la creación de ambientes de trabajo más inclusivos, y participando activamente de plataformas que empoderarlas para crecimiento profesional y personal; atributos que impactarán positivamente la percepción de los participantes interesados de las organizaciones y que finalmente serán ganancia reputacional para todos.

La respuesta parece mucho más simple de lo que implica: requiere un verdadero liderazgo para descubrir qué motiva a cada integrante del equipo, sus oportunidades de mejora como profesional, identificar su propósito y crear condiciones para que cada uno pueda desarrollar al máximo su potencial.

Es evidente que, si una compañía no comprende y valora las individualidades de sus talentos, no podrá integrar esas diferencias en los procesos de innovación, mejorar la flexibilidad en la organización o incrementar la motivación y el compromiso de los colaboradores.