Recuerdo cuando estudiaba mi carrera en comunicación, los compañeros que habían iniciado otra y luego se dieron cuenta de que no eran feliz en ella o no se alineaba con su propósito. Aunque en ese momento no sé veía de esa manera sino como un fracaso.
Sin ir muy lejos, lo experimenté cuando después de estudiar mi carrera en producción audiovisual, decidí que quería trabajar creando estrategias de contenido y escribir como una forma de aportar valor a otros.
Crecemos con ese miedo a equivocarnos, a no fracasar, a no disfrutar el proceso sino las llegadas a la meta.
Este año 2020 la reinvención ha estado en un alto porcentaje de las conversaciones, porque ante la crisis se ha presentado como una posibilidad de cambiar de carrera profesional, de puesto de trabajo sin importar la edad, la carrera y nuestra experiencia.
La reinvención este año apareció con la necesidad de un cambio de mentalidad y un impulso con sabor a reskilling, donde aprendemos nuevas habilidades para estar a tono del entorno. Y por qué no ser nosotros quienes creemos nuestras oportunidades.
Incluso antes de la crisis actual, en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial celebrada en enero de 2019, más de 3 mil líderes políticos y empresariales coincidieron en que el reskilling es uno de los cuatro grandes temas en los que hay que hacer especial hincapié para que no se resienta la economía ni el mercado laboral.
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Para algunas personas la reinvención profesional es una necesidad para sobrevivir a un mercado laboral competitivo, donde hay puestos que desaparecen y la creatividad se convierte en una buena aliada.
En este sentido, es importante mencionar que la reinvención profesional es una reinvención personal, que implica de un trabajo de autoconocimiento, disfrutar el proceso, definiendo la dirección y no sólo los objetivos.
