1-Escasa planeación del proceso: Al ser una actividad poco atractiva, empezamos a aplazar la generación de un plan de trabajo. Gracias a esta falta de planeación es normal que se generen situaciones que puedan representar un problema para la implementación de la evaluación, lo que genera que el proceso se vuelva cada vez más complicado.
2-Realizar una única evaluación al finalizar año: Es común en muchas empresas que la evaluación de desempeño se realice solamente a fin de año, debemos tener presente que esta época suele ser una de las peores para este tipo de evaluación, dado que la agenda de todos los colaboradores está llena de metas, métricas, reportes, y otras actividades que consumen mucho tiempo y gran concentración. Recomendamos realizarla antes de esta fecha, para poder además contar con la información de la evaluación, y así planificar de acuerdo a los resultados obtenidos.
3-Escasa comunicación con los líderes de proceso: Para los líderes de otras áreas, que no sean de la gestión de talento, el espacio de evaluación se convierte en un lugar de confrontación con ciertos colaboradores del equipo, dejando de ser un ejercicio confiable, justo y transparente. Es importante entender que debemos asignar el tempo y la actitud necesaria para que realmente agregue el valor que esperamos.
4-Los cronogramas son demasiados ajustados: Gracias a la falta de planeación y tiempo, las evaluaciones de desempeño se convierten en encuestas que se llenan casi sin leer y analizar. Este inconveniente se resuelve al hacer una adecuada planeación del proceso y concientización a los líderes de que estas evaluaciones son diferentes para cada colaborador.
5-Diseño de evaluaciones poco lógicas: En muchas empresas sucede que al ser tantos colaboradores, las evaluaciones son genéricas y se termina evaluando porque ‚”hay que realizarlo” como si fuera una obligación. Finalmente los resultados obtenidos no son los esperados, y no aportan la información necesaria para tomar decisiones.
6-No se conocen los resultados de las evaluaciones: Cuando termina el proceso de evaluación y contamos con todos los resultados. ¿Qué hacemos? Para muchas empresas todo termina ahí, jamás conocen los resultados y por lo tanto las opciones de mejoramiento y la información valiosa se pierde.
7-Desaprovechamiento de la información: Aprovechar o utilizar los resultados obtenidos, se traduce a empezar a realizar planes de trabajo, incentivo y reconocimiento para quienes hayan alcanzado los objetivos. Así mismo también significa realizar planes de mejoramiento, capacitación y desarrollo profesional dentro de la empresa.
Desde PDA trabajamos con evaluaciones de desempeño 360 basadas en competencias y con matrices #NineBox (potencial y desempeño de un colaborador) que nos permiten detectar los talentos de una organización a partir de la compatibilidad de una persona con un determinado perfil y la información brindada por la información de desempeño.