Muchas organizaciones desean estar a la vanguardia de la tecnología, aplicarla a la marca empleadora, al clima laboral, a la retención del talento y a la organización completa. Para lograrlo, es importante recordar que la prioridad está en las personas.
A menudo se suele creer que la cultura de una organización son los principios y valores de la misma, que se puede enseñar y aprender de memoria para luego “recitarla” a lo largo de la vida profesional dentro de la institución. Sin embargo, la cultura es mucho más que eso. La Gerente Global de Desarrollo e Innovación de PDA International, Cecilia del Valle, afirma que la cultura se construye con cosas que parecen pequeñas y al final del día terminan marcando una diferencia: “quién tiene las mejores oficinas, cómo se premia el logro, dónde comen los directivos, a qué se destina el presupuesto, cómo actúa la organización en momentos de crisis económica, cómo y quién toma las decisiones, cómo se trabaja en equipo, etc.”.
Debido a que todo se resume a la relación que se fomenta desde y en las empresas, ¿puede y está vinculada la tecnología a la cultura organizacional? De acuerdo a del Valle, ambas están altamente relacionadas, pero no se debe perder de vista que lo más importante siempre debe ser el colaborador. La tecnología es una variable imprescindible y si bien hoy no se puede pensar casi ninguna organización ajena a la transformación digital, tampoco se puede avanzar si no se contempla a las personas.
“La tecnología y la cultura deben evolucionar de manera conjunta. Vimos muchas empresas que, empujadas por la transformación digital, apuestan por la incorporación de nuevas tecnologías, pero olvidan la cultura de la organización. Entonces ahora comienzan a darse cuenta que no se han cumplido todas las expectativas depositadas en la tecnología”, sostiene la experta en cultura organizacional.
En un mundo en el que lo único constante es el cambio, es imprescindible recordar que, para lograr objetivos organizacionales, todo depende del talento. Sobre todo, en el caso de la tecnología y la digitalización, debido a que quienes impulsarán el proceso de transformación serán las personas. Por esta razón, la cultura debe acompañar todo esto impulsando procesos ligados a la innovación y a la agilidad.
Así como el clima organizacional se puede gestionar, también es posible gestionar la cultura de una empresa. Es importante pensar que la misma tiene la capacidad de facilitar un objetivo o todo lo contrario, obstaculizarlo. Conocer el punto de partida en el cual se encuentra es elemental para saber qué camino conviene tomar para alcanzar las metas. Las evaluaciones de cultura justamente ofrecen información necesaria para que como dijo Peter Drucker, se pueda evitar que (la cultura) se coma “la estrategia en el desayuno”. Así como la tecnología debe evolucionar conjuntamente, también lo debe hacer la estrategia con la cultura.
En la entrevista, Cecilia del Valle, explicó que el test cuestionario de cultura organizacional elaborado por PDA International tiene el diferencial de la teoría de Carolyn Taylor integrada a la teoría conductual del PDA Assessment: “Comparte la mirada sistémica acerca de la cultura organizacional y es cercana a PDA en su abordaje conductual. A diferencia de otras teorías que estudian la cultura organizacional, que se basan en conceptualizaciones más abstractas, Taylor analiza los comportamientos, los sistemas y los símbolos concretos dentro de las organizaciones”.
El diferencial de esta clase de abordaje permite complementar diversas técnicas y obtener profundidad en el conocimiento de las culturas organizacionales con el fin de superar los diferentes desafíos que se presentan sin perder la esencia de la cultura y el bienestar de los colaboradores.