¡Felicidad a bordo!

Tomar la iniciativa para ser felices depende de nosotros mismos. Sin embargo, cuando hablamos de gestión de la felicidad en las organizaciones, hablamos de una co-responsabilidad entre la empresa y el trabajador.

Que los trabajadores estén felices y motivados repercute directamente en la productividad de los individuos y, en consecuencia, en la de la organización. Trabajar el bienestar del talento pasó de ser un bonus o una manera de estar a la moda con las tendencias de recursos humanos, se ha entendido que es una ventaja competitiva.

Como bien lo dice Shawn Achor, autor del libro The Happiness Advantage, “Una década de investigación científica demuestra que la felicidad alimenta al éxito. Tu cerebro, cuando está en modo positivo, funciona significativamente mejor que cuando estás negativo o estresado. Los niveles de inteligencia y energía aumentan. Eres más resiliente y más productivo”.

La felicidad y el bienestar parecen ser sinónimas, pero la segunda ser refiere a un estado más duradero y trascendental. La Dra. Carol Ryff, una piscóloga de la Universidad Wisconsin-Madison, plantea en su Modelo multidimensional del bienestar, 6 (seis) dimensiones que componen el bienestar:

  • Auto-aceptación: Es la habilidad de comprender nuestras fortalezas, debilidades y visión personal con una mentalidad positiva.
  • Relaciones positivas con otros: Es la capacidad de entender las perspectivas de los demás y cultivar relaciones interpersonales fuertes, basadas en la compasión y la confianza-
  • Autonomía: Es la habilidad de resistir la presión social y actuar de acuerdo a los principios morales propios.
  • Dominio de los entornos: Se refiere a cómo nos relacionamos con el mundo, entendemos y utilizamos las oportunidades y buscamos situaciones que se ajusten a nuestros valores.
  • Propósito en la vida: Es cómo dirigimos nuestra visión con intención y perseguimos objetivos significativos que nos permiten sentirnos motivados con el devenir futuro.
  • Crecimiento personal: Tiene que ver con cómo buscamos mejorar continuamente, al procurar encarar nuevos retos y nuevas experiencias.

Aún cuando los horarios flexibles y las suscripciones gratis al gimnasio nos hacen felices, es cuando nos sentimos desafiados y con un propósito que nuestros cerebros liberan dopamina. La motivación y el engagement deben ser logrados a través del trabajo en sí mismo.

¿Alguna vez han escuchado hablar de la Gerencia de la Felicidad?

Esta nueva gerencia es una figura que de a poco se está incorporando en las empresas. Se trata de un sector que deriva del departamento de Gestión de las Personas y se ocupa de que los trabajadores den lo mejor de sí en el tiempo que permanezcan en la organización, haciendo todo lo posible para que se sientan cómodos mediante prácticas que alienten un buen clima, como, por ejemplo, la escucha activa y la fomentación del trabajo en equipo.

El objetivo de esta Gerencia es que los trabajadores alineen su propósito personal con lo que hacen en la organización a la que pertenecen y los acompañen en este recorrido a través del desarrollo personal y motivación.

¿Cómo los líderes pueden fomentar la felicidad de sus trabajadores?

Si la intención de los líderes es crear iniciativas en donde los trabajadores puedan sentirse plenos, pueden empezar por dejar de medirlos como números y conectarse con ellos como seres humanos dejando atrás la creencia que son recursos.

Cuando revisamos las dimensiones propuestas por la Dra Ryff, vemos que, si bien funcionan a nivel personal, son totalmente transferibles al entorno organizacional. Algunas de las cosas que los líderes y el área de RRHH pueden hacer son:

  • Fomentar el autoconocimiento a través de herramientas que brinden información valiosa y objetiva, como el PDA Assessment.
  • Trabajar en tener una cultura que priorice a las personas, bien sean colaboradores o clientes. Cuando la gente se siente parte de una comunidad que lo apoya y para la que es útil aumenta su compromiso.
  • Promover el accountability, refuerza el sentido de autonomía y confianza en las propias capacidades.
  • Conocer a los colaboradores como individuos para entender qué los motiva y así alinear su propósito con el de la organización.
  • Cultivar la mentalidad de crecimiento, partiendo del autoconocimiento, para que las personas puedan trabajar sobre sus propias limitaciones y explorar sus talentos.

Las personas que quieren trabajar en una empresa de la lista de Great Place to Work busca, además de buenos sueldos y beneficios, un lugar con propósito que les permita ser más que un recurso. Nunca olvidemos que las empresas las hacen su gente. La gente feliz genera organizaciones felices y prósperas.

“La gente no compra lo que haces; compran por qué lo haces. Y lo que haces simplemente demuestra lo que crees.” – Simon Sinek