El servicio no cotiza en bolsa

Cuando uno lee o escucha comentarios sobre la cotización de una empresa, pensamos en números. no en el servicio al cliente o la experiencia que dejan. Las explicaciones más comunes suelen referirse a argumentos del tipo siguiente: 

  • La deuda tan elevada, penaliza mucho la cotización. Aunque se esté financiando a los precios más bajos de su historia. 
  • La exposición a países emergentes genera incertidumbre en los inversores. Esto lo escribe uno que luego recomienda comprar fondos de inversión de países emergentes. 
  • Los competidores tienen políticas de precio muy agresivas. Los mercados no confían en que pueda mantener su cuota de mercado. Y eso que los competidores acaban de llegar y tienen unas amortizaciones de escándalo. 
  • Las ratios de personal por facturación son muy elevadas y ya no nos acordamos de cuantas prejubilaciones han hecho. ¿Si les sobran los que tienen, porque siguen contratando? 
  • El índice ha bajado, el general o el sectorial, el que interese. Si, pero un 0,7 no un 3,5. 

Seguro que se nos ocurren mil más de este tipo. Que generalmente explican poca cosa o nada lo que realmente está ocurriendo. Lo que no sale nunca, o al menos yo no sé encontrarlo, es ningún argumento que tenga que ver con el servicio. Que la empresa lo esté haciendo bien o mal, con respecto a sus clientes, parece no tener trascendencia alguna. El servicio no cotiza en los mercados. 

La única explicación que se me ocurre es que en realidad con la globalización el servicio ha dejado de ser el elemento clave de la competitividad. Prejubilar a personas que tienen un historial de años de relación con los clientes, únicamente tienen sentido si la empresa ya no piensa en ellos. Si además cada vez son menos empresas, más grandes y la supervisión de las autoridades laxa, está claro. Si los pillan pactando precios, y para eso tienen que liarla muy gorda, una sanción millonaria que suele ser mucho menor que los beneficios obtenidos.  

El servicio ha muerto. ¡Larga vida al servicio! 

Nació en 1946, hijo de la Organización Internacional de Normalización (ISO). Fue durante muchos años, el referente de todas las empresas con clientes. Murió fruto de una enfermedad llamada globalización a los 74 años de edad. 

Servicio al cliente, deja no obstante un legado imborrable en millones de empresas. Todas aquellas que no tienen expolíticos en sus consejos de administración, no cotizan en bolsa y subsisten gracias a la confianza de sus clientes. Afortunadamente hay muchísimas, y desgraciadamente muchas van a morir de otra enfermedad llamada COVID19. Con ellas se mermará de forma notable la estirpe de servicio al cliente. 

Únicamente sobrevivirán las grandes corporaciones que serán consideradas sistémicas por los gobiernos de turno. Estas se llevarán probablemente el grueso de las ayudas de los bancos centrales que no paran de imprimir moneda y comprar deuda. Y me imagino que otras que estén bien posicionadas en los nuevos nichos de negocio que se han creado con la pandemia. 

También quiero pensar que muchas de los sectores tradicionales, amparadas por consumidores más responsables. Aunque es cierto que los consumidores no dejan de ser parte de esa masa de trabajadores despedidos o quebrados, que cambiarán sus hábitos de consumo hacia productos y servicios más baratos y producidos en masa. 

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El panorama es desolador. 

Una deuda pública y privada brutal imposible de devolver para la mayoría de los países. Clases medias que desaparecerán para engrosar una masa ingente de personas sin recursos ni posibilidad de obtenerlos… Pero las bolsas no paran de batir máximos históricos empujadas por la burrada de dinero (ficticio), que se está inyectando en las economías. ¡Que no nos pase nada! 

Ellos cuidarán de nosotros en un futuro que ya es presente. La IA lo va a resolver absolutamente todo. De hecho, nos conocen mejor que nadie, más que nosotros mismos. 

¿Has probado algún asistente virtual de esos que ya tienen muchas empresas? ¡Vaya tela! Yo no he conseguido que ninguno me resuelva nada. Todos me dicen que no entienden los que les pregunto, y tengo una duda que me quita el sueño: ¿Solo les pasa conmigo? Después de un buen rato, sin entendernos, me pasan con un operador «humano». Reconozco que muchas veces, la cosa no mejora mucho. Una plataforma en “Chiquitistan” del norte con operadores a los que les dan un curso de una mañana, seguro que tienen menos información que el más primitivo de los robots. A veces pienso que lo hacen así, para que nos encariñemos con las máquinas y dejemos de resistirnos. 

Lo que todavía no se, es si estos operadores virtuales pagan impuestos y cotizan a la seguridad social.

Publicado en https://www.ocastrowork.com/el-servicio-no-cotiza-en-bolsa/

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