Nos despertamos, salimos de la cama y prendemos la tele para ver qué condiciones climáticas nos depara el día. Puede ser que necesitemos un paraguas o por el contrario usar protección solar. De un día para el otro la sensación térmica puede pasar de un horno a máxima temperatura a un frigorífico industrial.
No es casualidad que al clima laboral se lo llame así. El clima laboral se refiere a las sensaciones de las personas en la organización. Cómo se genera involucra una conjunción de factores en un complejo equilibrio que puede resultar en un lugar al que la gente quiere ir a trabajar gustosamente o no.
El clima suele ser un síntoma de cuestiones más estructurales dentro de la organización, como por ejemplo la cultura. La cultura organizacional es el conjunto de reglas y valores tácitos que componen las dinámicas de trabajo dentro de la organización. La cultura define el cómo se hacen las cosas: La manera de establecer objetivos, cómo se comunican los logros, la concepción del error, la llegada de los líderes a sus colaboradores, qué se prioriza a la hora de tomar decisiones e invertir recursos y un gran etcétera.
La cultura organizacional se forja a través del ejemplo y la consistencia en los comportamientos y los sistemas de la empresa. Ahora, el clima puede verse afectado por la situación socioeconómica del país, un proceso de estructuración, espacios de trabajo inadecuados o un líder con fallas comunicacionales.
Muchas veces los factores que condicionan el clima se fusionan con las expresiones de la cultura, por ejemplo el liderazgo, el cual es transversal a ambos. Es entonces que en ocasiones las encuestas de medición de clima arrojan problemas con los líderes, se plantean acciones para aliviar las dolencias: Workshops, team buildings, jornadas de capacitación, entre otras; el síntoma se verá aliviado por un tiempo, aprovechando el empuje que imprimen estas iniciativas en su público, pero si el problema es más estructural, es decir cultural, la fiebre volverá a subir y el clima será sintomático del formato de liderazgo tácito y formal de la organización.
Saber distinguir la cultura del clima, permitirá encontrar las soluciones que la organización requiere. Para ello los diagnósticos oportunos y certeros son de gran ayuda. El entendimiento profundo de la organización que se tiene es un gran paso para alinear el cómo se hacen las cosas con el cómo se sienten las personas quienes, en definitiva, son los que logran los objetivos de cualquier empresa.