Cuando variables como la cultura y los valores organizacionales obran en la misma dirección, afectan de manera positiva en la empresa y sus miembros. Ambas buscan la cohesión entre la compañía y sus colaboradores a través de la motivación, la lealtad y la eficiencia.
En entradas de Blog anteriores, hemos comentado que la cultura organizacional está compuesta por las distintas percepciones de sus miembros, su imagen, reputación, símbolos que la representan, valores que mantienen y que permiten la identificación del talento con la empresa.
Sin lugar a dudas, la cultura de una organización puede ser tomada como una herramienta estratégica para el éxito de la misma, porque esta influye en la forma en que la empresa conduce sus objetivos.
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Cultura + Valores organizacionales
Por otro lado, la cultura organizacional puede ser definida como los valores, creencias y normas en común que comparte una compañía. Estamos hablando de un proceso de sensibilización a través de la comunicación e interacción. Dependiendo de cómo se fortalecen y controlan los valores, se puede hablar de una cultura fuerte o una cultura débil.
En este sentido, la función del líder en la construcción de la cultura organizacional es vital ya que su rol en este caso es inculcar a sus adeptos a los principios y objetivos con los que la organización fue creada.
Cuando los valores organizacionales son compartidos afectan de manera directa el desempeño de los colaboradores específicamente en su compromiso, sentido de pertenencia, escucha activa y conexión directa con los logros.
Lee más sobre cómo los líderes influyen en la construcción de valores organizacionales:
El saber sobre la cultura y los valores que definen la filosofía de una organización permite implementar estrategias que sirven para vincular a los colaboradores a la misma. Mientras más comprometidos se encuentren los miembros de una compañía, puede generarse una cultura organizacional más fuerte, que promueva comportamientos más apegados a lo que requiere o es necesario para la empresa.
