Acéptemoslo, el mundo ha cambiado y por eso una de las grandes tendencias empresariales consiste en involucrar a los colaboradores más jóvenes para guiar a los más veteranos en distintas disciplinas. Esta modalidad sin duda invierte el orden natural que ha seguido el lazo maestro-discípulo.
Ya en los años 90, el empresario Jack Welch se refería a dinámicas de aprendizaje para General Electric con la base en el reverse mentoring, en aquel momento se utilizó para apalancar el uso del internet. El hecho de que en una misma organización convivan hasta cuatro generaciones (: baby boomers, generación ‘X’, millenials y la generación ‘Z’) implica un desafío transversal a las áreas, proyectos y objetivos.
No todo es soñado con esta estrategia, pues puede existir la resistencia por parte de los mentees de más edad al estar reacios a dejarse guiar por personas que no ven como sus iguales. Sin embargo, los beneficios, aunque intangibles, son sumamente relevantes en el marco laboral actual: por un lado se empodera a quienes comparten sus conocimientos y experiencias mientras que por el otro se facilita una nueva manera de visión, perspectiva y manera de hacer las cosas.