La biología de los hábitos

Cada día nos enfrentamos a una innumerable cantidad de rutinas adquiridas a lo largo de nuestra vida. Despertarnos a determinada hora, cepillarnos los dientes, conducir una ruta o tomar el mismo camino hacia el trabajo, son tareas que se convierten en automáticas al ser repetidas constantemente y de esta manera nuestro cerebro evita una sobrecarga de energía.

Algunas costumbres que contribuyen a mantenernos sanos son: alimentarnos adecuadamente, practicar algún deporte o meditar. En cambio, la mala alimentación, la sobre ingesta de dulces o sustancias nocivas, pueden poner en riesgo nuestro bienestar.

A pesar de que los hábitos forman parte importante de nuestro día a día, averiguar cómo el cerebro convierte una nueva conducta en una rutina ha planteado un alto nivel de dificultad como caso de estudio. En este sentido, la neurociencia es el conjunto de disciplinas científicas que estudian el sistema nervioso, con el fin de acercarse a la comprensión de los mecanismos que regulan el control de las reacciones nerviosas y del comportamiento del cerebro.

El conocimiento aportado por esta línea de investigación está ayudando a comprender cómo construye el cerebro buenos hábitos y por qué nos cuesta abandonar los no tan buenos. Los estudios sugieren que, si condicionamos de forma deliberada nuestro cerebro, podríamos llegar a controlar los hábitos, tanto los positivos como los negativos. Incluso cuando parece que actuamos de forma automática, una parte del cerebro está supervisando nuestra conducta.

¿Qué es un hábito?

Un hábito es el resultado de una acción que repites frecuentemente de forma inconsciente. En este sentido, se vuelve mucho más fácil para tu cerebro ejecutar una acción repetida en el pasado que empezar una nueva.

Siguiendo esta línea, en tu cerebro un hábito es una red de conexiones entre tus neuronas, como un camino ya trazado.

Lo anterior es una de las razones que explican por qué al principio es difícil adoptar un nuevo hábito y también por qué es fácil caer en viejos hábitos, a pesar de que te hayas propuesto cambiarlos.

La ventaja de un hábito es que se automatiza de tal forma que sin pensar se ejecuta (sin motivación y sin fuerza de voluntad). La desventaja es que algunos de esos hábitos en tu vida probablemente no son saludables y estarás repitiendo una y otra vez a pesar de que están perjudicando tu bienestar.

Recuerda que un hábito se forma por la repetición constante. Si una acción persiste en tu rutina o la haces persistir, se formará como consecuencia una nueva conexión neuronal.

No pierdas más tiempo: proponte hoy mismo alcanzar tus objetivos a través de la construcción correcta de hábitos.

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