El talento senior: reto social y organizacional

En 2019 tenemos 5 años y medio más de esperanza de vida que en el inicio del milenio. Según la OMS la edad promedio a la que puede aspirar un niño nacido en 2016 es 72 años. Los avances en la medicina, la erradicación de enfermedades pandémicas y una mayor conciencia de los hábitos que acortan la vida, son las principales causas de que estos límites tiendan a la alza.

Lo que representa una buena noticia en lo personal resulta un inconveniente cuando se trata de la vida útil laboral. Llegamos a más viejos más sanos, pero no podemos trabajar. La discriminación generacional y la inadecuación de las estructuras organizacionales y estatales para los trabajadores senior, constituyen un problema que, más pronto que tarde, se tendrá que enfrentar.

Las estadísticas son desalentadoras para aquellos que sobrepasan los 50 y no tienen trabajo. En España, según una encuesta realizada por Fundación Adecco, los desempleados que superan el año sin trabajo representan el 55.09% de esta población y los pone en una situación de vulnerabilidad particular. Y con estos números en ascenso, urgen estrategias para mitigar los efectos del desempleo senior.

Japón: Un país que envejece, un caso ejemplo

Japón encabeza el ranking de expectativas de vida, con un promedio de 85,3 años, superado solamente por Mónaco con 89,4 años. Además de este dato, tenemos que tomar en cuenta el decrecimiento en las tasas de natalidad, las cuales llegan a 1,43, número insuficiente para reemplazar la fuerza laboral y sostener el nivel de vida que han adquirido.

Los datos demográficos pintan una realidad en sí misma, pero a ésta debemos añadirle los retos que enfrenta el mercado laboral a nivel mundial en consonancia con la Cuarta Revolución Industrial que demanda una adaptación de los puestos de trabajos existentes y la eliminación de unos cuantos más. Entre las iniciativas que deben abrazar se encuentran la transformación digital, la inclusividad (incorporando a mujeres y extranjeros a la fuerza laboral) y el reskilling del talento senior.

Desde 2012 el gobierno de Japón instauró una serie de medidas para asegurar que las personas mayores de 60 pudieran mantener sus trabajos de alguna manera: obligando a las empresas a eliminar sus estructuras de retiro, aumentando la edad jubilatoria y re-contratando a personas ya jubiladas.

En vista de la tendencia a quedarse sin fuerza laboral otro tipo de estrategias son necesarias y el aprovechamiento de la experiencia y las habilidades de este grupo demográfico serán cada vez más cotizadas para mantener el formidable sistema económico japonés.

Para lograr mejoras en las condiciones para la contratación de personas de la tercera edad significa adoptar mayor flexibilidad y realizar ajustes tales como:

  • Acortar las jornadas laborales
  • Adecuación de los espacios de trabajo para acomodar a los trabajadores senior
  • Incorporar robótica y automatización a procesos básicos
  • Orientación vocacional
  • Reubicar al talento senior en roles de mentoring y capacitación de nuevas generaciones
  • Capacitación constante

Mientras Japón entra en esta nueva etapa y lidera los cambios en la manera en la que concebimos el trabajo, deberemos mantenernos atentos para implementar, de manera oportuna, las estrategias que sirvan tanto a la visión de la organización como la reorganización de la sociedad y sus nuevos desafíos.